¿Quien soy? Metáfora vs Realidad

Cuando estaba en primaria conocí el significado de la palabra «metáfora» para mi, la palabra mas bonita que he aprendido. Al rededor de mis 7 años una maestra nos preguntó como trabajo para la casa -«¿Quien soy yo?»; en mi no había duda… -Soy una metáfora. Cuando estaba en primaria conocí el significado de la palabra «metáfora» para mi, la palabra mas bonita que he aprendido. Al rededor de mis 7 años una maestra nos preguntó como trabajo para la casa -«¿Quien soy yo?»; en mi no había duda… -Soy una metáfora.

«Hoy tengo 22 años y ya no se quien soy.»

Toda mi vida estuve aprendiendo de los demás, sus conocimientos para mi eran un artilugio, sus experiencias las escuchaba como batallas heroicas; ellos habían dejado huella en el mundo. La intriga por el exterior creció, mis ganas de vivir comenzaron a salir, al igual que yo a conocer la ciudad… a conocer el mundo. Para mi todo era algo nuevo, algo que no conocía, una experiencia mas para anotar. Tenía 16 años cuando me enamoré por primera vez; siempre había escuchado que el amor es la poesía que no se puede escribir, que una mujer era un libro en blanco pero no todo hombre es un buen lector; pero nunca lo había experimentado. Nunca la había visto, fue casualidad  el encontrarnos; siempre fui un chico seguro de mi mismo, elocuente y fluido con cada oración. No sabía que la silueta de una mujer me dejaría sin palabras.

«Escucharla hablar era un placer.»

El día que la conocí me pregunte de nuevo ¿quien soy yo? Quería saber que podía ofrecerle a una chica como ella; ante mis ojos era perfecta, una combinación entre mis libros preferidos y mis canciones favoritas, en un bello rostro adornado con una sonrisa. Escucharle hablar sobre su pasado era como una comedia romántica; de esas que se ven cuando la tristeza abunda. Ella era el libro que yo quería leer.

«Quiero invitarte a un café interminable.»

Fui cuidadoso al elegir la frase que me acompañaría al amanecer, ya que, tres meses después, los besos serían café y las palabras interminables. Se había convertido en una parte de mi, una caja de recuerdos que 1 año mas tarde volvería a abrir para preguntarme quien sería de ahí en adelante.

«El día que murió volví a ser metáfora.»

«Ahora quien soy yo si tu no estas, te llevaste lo que eras de mi y me haz dejado incompleto». Se sentía vació mi cuerpo, tenía un nudo en la garganta ahogándome como una soga. Me acompaña el humo dibujando entre ráfagas de viento, me acompaña la tinta desgarrando páginas en blanco, me acompaña una copa rebosada de melancolía; pero tu ya no estas.

«Dos años tuvieron que pasar para dejar de sentir frió en las noches.»

Me toco sanar solo, cada persona piensa diferente, así que, no podía pedir ayuda. Tenía 19 cuando me enamoré de nuevo, para ese momento ya entendía un poco mas la realidad, al igual, seguía viviendo como una metáfora. El sexo casual con el tiempo fue perdiendo su sentido, el trago volvía a su sabor amargo, la luna se convirtió en mi musa, el amor ya no era un poema. La melancolía se había convertido en mi amiga y saber quien era, era lo que menos me preocupaba.

«Nunca fui yo»

Hoy tengo 22 años y después de tantas cosas que he vivido entendí que nunca había sido yo; siempre fui cosmos, fui tristeza, fui alegría, fui amor, fui compañía, fui tinta, fui papel, fui aire, fui tierra, fui alcohol, fui fragmentos de la gente que me rodeaba… pero nunca fui yo. Hace 15 años me preguntaron quien era yo, pero, el resto de mi vida lo dude por mi cuenta.

Deja un comentario